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filtros de agua

¿Cómo funcionan los sistemas de filtrado?

En este artículo hablamos:

En este artículo, repasaremos las principales inquietudes relativas al agua del grifo, como funcionan los sistemas de filtrado de agua como TAPP 2 y cómo se puede elegir el sistema de filtración de agua que más te conviene.

Aunque es una realidad que el agua potable es imprescindible para la vida humana y la supervivencia, casi nadie está bien informado sobre este recurso tan importante. De hecho, la mayoría de las personas dedican más tiempo a informarse sobre la compra de un televisor nuevo que sobre el agua que beben.

La solución a la que suelen llegar cuando les preocupa la calidad o el sabor del agua del grifo es que deben comprar agua embotellada. El problema es que en la mayoría de los casos no está científicamente demostrado que el agua embotellada sea mejor.

Aún así, seiscientos millones de hogares en todo el mundo han optado por consumir diariamente agua embotellada en lugar de agua del grifo, basándose en datos que son meramente circunstanciales.

¿Y si hubiese una forma mucho mejor y más económica para casi cualquier hogar con la que se pueda disfrutar de agua potable saludable directamente del grifo? Lo cierto es que ya la hay. Y se llama la sistema de filtración de agua.

Es un artículo extenso, así que si quieres una respuesta simple, ve directamente a la conclusión.

¿Por qué hay que beber agua del grifo?

Hace poco más de cien años, en la mayoría de los hogares había que ir a por agua hasta el pozo más cercano y cargarla hasta la casa. Era una tarea agotadora, que llevaba mucho tiempo y resultaba bastante incómoda. La llegada del agua del grifo a todos los hogares abría la puerta a disfrutar de agua potable en casa directamente del grifo. En términos generales, el agua del grifo era una opción económica, cómoda y segura.

En las últimas cuatro décadas, el 40-50% de la población de algunos países ha sustituido el consumo de agua del grifo por agua embotellada. Son cientos de millones las personas que han vuelto al hábito de cargar agua hasta sus casas. En este lapso de tiempo, la calidad del agua del grifo en Europa y América del Norte, en general, no solo no ha empeorado, sino que ha mejorado.

También resulta incómodo tener que cargar con agua embotellada, es terrible para el medioambiente, por no hablar de que resulta entre cien y mil veces más cara que el agua del grifo. Y, lo que es peor, no es ni más saludable ni más segura que el agua del grifo. De hecho, en la mayoría de los lugares con agua dura, hay más minerales en el agua del grifo que en el agua embotellada.

¿De dónde viene el agua del grifo?

Solo el 3% de los recursos hídricos del planeta son agua dulce, pero solo se puede usar el 0,4% para el agua del grifo. La fuente de abastecimiento de agua superficial dulce más común suele ser lagos, ríos y manantiales. De hecho, supone aproximadamente un 80% del consumo de agua en todo el mundo. En segundo lugar están las aguas subterráneas, que incluyen los acuíferos.

El 98% del agua dulce del planeta es subterránea y es unas 60 veces más abundante que el agua superficial. Sin embargo, el agua subterránea es un recurso que escasea cada vez más en las zonas muy pobladas, a causa de su sobreexplotación. Y, en tercer lugar, está el agua de mar desalada, con unas reservas prácticamente ilimitadas, pero con un altísimo precio por la cantidad de energía que requiere.

La calidad de la fuente de abastecimiento del agua es un factor determinante en la calidad del agua del grifo, pero no es el único. Una depuración avanzada del agua puede convertir un agua sucia y contaminada en un agua del grifo perfectamente limpia. En Europa y América del Norte, más del 99% del agua del grifo pública es considerada limpia y apta para su consumo si atendemos a las normas internacionales.

Así que, ¿qué necesidad tenemos de filtrar el agua si el agua del grifo es tan buena?

Existe la falsa concepción de que el agua del grifo no es apta para su consumo. Sabemos que, al menos en la mayor parte de Europa, EE.UU y Canadá, esto no es verdad. El proveedor de agua de tu municipio ya ha realizado filtrado y depurado a conciencia el agua antes de que llegue a tu grifo.

Sin embargo, aunque es indudable la seguridad del agua del grifo, los sistemas de filtración de agua no son solo para los más hipocondríacos. Puede ocurrir que el agua del grifo tenga un mal sabor por el cloro y los minerales que contiene. Cabe la posibilidad de que las sustancias químicas que se añaden al agua del grifo durante su proceso de depuración sean perjudiciales para la salud.

Además, es posible que algunos gérmenes y bacterias entren en el agua después de que haya pasado por el proceso de depuración. Si las tuberías de tu casa son antiguas o están corroídas, el agua puede arrastrar sedimentos o limaduras de metal que acabarán en tu suministro de agua.

Los sistemas de filtrado de agua permiten obtener un agua del grifo con un mejor sabor y ofrecen una última barrera de protección para disfrutar de todas las garantías de un agua segura.

¿Cuáles son los problemas más habituales que plantea el agua del grifo?

En general el agua del grifo es segura en los países desarrollados, una parte importante en realidad no lo es. Debido a una mala gestión de las aguas residuales urbanas, industriales y del sector agrícola y ganadero, el agua para el consumo que llega a cientos de millones de personas supone un riesgo para la salud, a causa de las sustancias químicas y los peligrosos contaminantes que contiene.

Y es que pueden provocar una serie de problemas:

Agentes patógenos (bacterias y virus)

Si bebes agua sin tratar directamente de un pequeño manantial en una montaña, lo más probable es que contenga bacterias como los coliformes. Es algo que entra dentro de la normalidad y es muy poco probable que pueda ser perjudicial para la salud, siempre que se tome una pequeña cantidad.

Aunque, en el caso del agua del grifo pública, es imprescindible que no haya bacterias coliformes, como el E. coli.

Por suerte, el agua del grifo en los países desarrollados se trata con cloro, cloramina u ozono para eliminar los agentes patógenos. En numerosos países pobres, los agentes patógenos siguen siendo un problema considerable. Además, los tanques de agua en edificios antiguos y los sistemas de filtrado de agua con un mantenimiento deficiente pueden favorecer la proliferación de bacterias y contaminar el agua potable local.

Cloro y sus subproductos

El método más frecuente para desinfectar el agua suele ser la utilización de algún tipo de cloro o sus compuestos, como la cloramina o el dióxido de cloro. El cloro es un potente oxidante que mata al instante numerosos microorganismos perjudiciales. El cloro es un gas tóxico, por lo que su utilización implica un riesgo de liberación de gases.

La solución a este problema es el hipoclorito sódico, un compuesto relativamente económico que se emplea en la lejía doméstica y que libera cloro libre cuando se disuelve en agua.

Se considera que hasta 4 miligramos por litro (o 4 partes por millón) de cloro en el agua potable es un nivel seguro. Se emplea el cloro en todas sus formas pese a los inconvenientes que presenta cada una.

Uno de esos inconvenientes es que el cloro, independientemente de su origen, reacciona cuando entra en contacto con compuestos orgánicos naturales presentes en el agua y da lugar a subproductos químicos que pueden resultar perjudiciales. Estos subproductos (trihalometanos (THM) y ácidos haloacéticos) son cancerígenos cuando se presentan en grandes cantidades.

De hecho, la Agencia de Protección del Medioambiente estadounidense (EPA), la UE y la OMS cuentan con normas que los regulan. Para reducir al mínimo la formación de THM y ácidos haloacéticos, hay que eliminar de forma efectiva el máximo de sustancias orgánicas en el agua antes de su cloración.

Si bien es cierto que el cloro elimina bacterias, su efectividad es limitada en el caso de protozoos patógenos que forman quistes en el agua, como el Giardia lamblia o el Cryptosporidium.

Cloramina

Cada vez es más frecuente emplear cloramina como desinfectante. Aunque la cloramina no es un oxidante tan potente, ofrece un efecto residual más duradero que el cloro libre, gracias a su menor capacidad de reducción-oxidación en comparación con el cloro libre.

Por eso, no forma THM y ácidos haloacéticos de forma inmediata (es decir, los subproductos de la desinfección).

Es posible convertir el cloro en cloramina añadiendo amoníaco al agua, una vez que esta ya ha sido clorada. El cloro y el amoníaco reaccionan formando cloramina. Las redes de distribución del agua desinfectadas con cloramina pueden sufrir nitrificación, ya que el amoniaco es un nutriente que favorece la proliferación de bacterias y se producen nitratos como subproductos.

Plomo y otros metales pesados

Una de las sustancias contaminantes que presenta más problemas es el plomo, junto con otros metales pesados que se filtran de las tuberías. El motivo es que todas las casas construidas antes de 1980 podrían tener tuberías de plomo.

Y lo que complica aún más la situación es que no hay forma de comprobar o medir su presencia, ya que la filtración en el agua puede ser intermitente. Son más vulnerables las ciudades o zonas con agua del grifo blanda.

La OMS, la UE y la EPA han establecido estándares relativos al plomo y al mercurio, pero ningún nivel es seguro para bebés y niños. Por tanto, es preciso evitar la exposición al plomo a toda costa.

Nitratos

Se emplea nitrato sobre todo en fertilizantes inorgánicos. Además, se usa como agente oxidante y en la producción de explosivos. Y el nitrato de potasio puro se emplea para fabricar cristal. Los nitratos están presentes de forma natural en las plantas, para las que constituyen un importante nutriente, pero no para las personas cuando están expuestas a medio y a largo plazo.

El nitrato puede filtrarse tanto en aguas superficiales como subterráneas como consecuencia de actividades agrícolas (a causa, entre otros motivos, de un exceso de abonos y fertilizantes nitrogenados inorgánicos), o bien por la depuración de aguas residuales y la oxidación de productos de desecho nitrogenados presentes en las heces humanas y animales, lo que incluye tanques sépticos.

Arsénico

El arsénico forma parte de la corteza terrestre, por lo que suele estar presente en las aguas subterráneas. Por este motivo, el arsénico suele ser un problema frecuente en el caso del agua de pozos en muchas regiones del mundo, incluido EE. UU. Se ha demostrado que el arsénico provoca diferentes tipos de cáncer y que está asociado a enfermedades cardíacas, ictus y diabetes.

Además, un estudio reciente ha revelado que el arsénico en cantidades inferiores a 10 partes por mil millones está asociado a trastornos cognitivos en niños.

Las plantas de depuración de aguas logran eliminar el arsénico de forma muy efectiva, por lo que no suele ser un riesgo en el caso del agua del grifo pública.

PFAS

El perfluoroalquilo y las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) forman parte de un grupo amplio de productos químicos artificiales que se emplean en la industria y en productos de consumo en todo el mundo desde la década de los cincuenta.

Se utilizan estos productos químicos para elaborar productos comerciales y para el hogar que soportan el calor y las reacciones químicas, a la vez que repelen el aceite, las manchas, la grasa y el agua.

Las PFAS incluyen el ácido perfluorooctanoico y el sulfonato de perfluorooctano. Pues bien, en los últimos años, su contenido en el agua del grifo de todo el mundo ha aumentado. Como no hay normas que regulen su presencia, las pruebas convencionales realizadas en el agua no detectan las PFAS.

Microplásticos

Otro contaminante cuya presencia no se ha regulado aún son los microplásticos. Un estudio realizado entre 2017 y 2018 halló microplásticos en el 93% del agua embotellada y en el 92% del agua del grifo. En la actualidad, desconocemos si supone un riesgo para la salud de los seres humanos, pero siempre es mejor prevenir que curar.

Otros contaminantes que no deberían ser motivo de preocupación

Se ha dado la voz de alarma en numerosas ocasiones por los productos farmacéuticos, como las píldoras anticonceptivas y los antidepresivos. Sin embargo, pese a que suelen estar presentes en una concentración menor de 1/1.000 del contenido de una pastilla, es muy poco probable que perjudique la salud de las personas.

¿Cómo es el agua del grifo en los países en vías de desarrollo?

Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud realizado en el 2007, 1.100 millones de personas no disponen de acceso a un suministro de agua potable de calidad, el 88% de los 4.000 millones de casos de diarrea que se producen cada año están asociados a unas condiciones deficientes del agua, así como a un saneamiento y una higiene insuficientes, y 1.800 millones de personas mueren de enfermedades diarreicas cada año.

La OMS calcula que se podría prevenir el 94% de estos casos si se modificaran las condiciones, lo que incluiría el acceso a agua apta para su consumo. Se podrían salvar muchísimas vidas años aplicando unas sencillas técnicas para depurar el agua en casa (como la cloración, los filtros o la desinfección solar) y para almacenarla en lugares seguros.

La reducción del número de muertes provocadas por enfermedades transmitidas por el agua es uno de los objetivos de salud pública más importantes en los países en vías de desarrollo.

¿Cómo sé si el agua de mi grifo es apta para su consumo?

Los estándares relativos a la calidad del agua potable suelen venir dictados por los gobiernos o por organismos internacionales. Las normas que elaboran suelen recoger un mínimo y un máximo de concentraciones de contaminantes en función de la finalidad para la que se emplee el agua.

Si tienes acceso a agua del grifo pública, entonces siempre es recomendable solicitar a la empresa distribuidora del agua el informe más reciente sobre su calidad. Las empresas de abastecimiento de agua más grandes realizan miles de pruebas cada año y las publican en sus sitios web. Otras también las realizan anualmente, pero hay que solicitar los informes.

Como hemos indicado antes, las empresas públicas de abastecimiento de agua no analizan todas las sustancias en sus pruebas, por lo que el agua de tu grifo podría contener microplásticos o PFAS.

¿Quieres realizar la prueba?, hay dos medios:

  1. Un kit de análisis, que suele contener tiras que detectan bacterias, plomo, pesticidas, nitratos/nitritos, cloro, dureza y pH. 
  2. Laboratorios de agua, a los que se les envía una muestra del agua para obtener un análisis detallado de su contenido. Sin embargo, como ya hemos avisado, no detectan todas las sustancias, ya que no incluyen los microplásticos ni las PFAS, aunque sí que sirven para hacernos una idea aproximada de la calidad del agua.

¿Y qué ocurre con el agua embotellada?

No existen pruebas científicas que indiquen que el agua embotellada sea más segura o saludable que el agua del grifo, tanto filtrada como sin filtrar. Lee nuestro artículo sobre el agua embotellada vs el agua del grifo.

¿Necesito, entonces, un sistema de filtrado de agua?

Son muchos a los que les preocupa la eliminación de sustancias contaminantes del agua del grifo, pero ¿qué es la filtración o purificación del agua? ¿Realmente funciona?

La purificación del agua es el proceso mediante el cual se eliminan del agua los productos químicos perjudiciales, contaminantes biológicos, elementos sólidos en suspensión y gases. El objetivo es obtener un agua apta para fines específicos, como el consumo humano (agua potable).

Los métodos que se emplean incluyen procesos físicos, como la filtración, la sedimentación o la destilación; procesos biológicos, como los filtros lentos de arena o el carbón activo biológico; procesos químicos, como la flucolación o la cloración; y el uso de radiación electromagnética, como luces ultravioleta.

¿Cómo funcionan los sistemas de filtrado de agua?

Hay numerosos tipos de tecnologías de filtrado. A continuación, presentamos las más comunes y te explicamos dónde puedes obtener más información:

  • El carbón activado (que se suele presentar granulado o en bloques de carbón): Es el material más efectivo para los sistemas de filtrado de agua en la actualidad, ya que elimina más de 80 sustancias contaminantes conocidas y, a su vez, deja los minerales beneficiosos para la salud. Lee más información sobre el carbón activado.
  • Ósmosis inversa: altamente eficaz para la eliminación de la mayoría de las sustancias contaminantes que no logra eliminar el carbón activado, aunque desecha también los minerales beneficiosos para la salud. Siempre se combina la ósmosis inversa con el carbón activado y, en ocasiones, con otros métodos de filtración, como el intercambio iónico.

Lee más información sobre la ósmosis inversa.

  • Intercambio iónico: muy efectivo en la eliminación de la dureza del agua del grifo, por lo que reduce la acumulación de cal. El intercambio iónico depura una serie específica de sustancias que detecta a través de sus cargas iónicas y deja en la solución los minerales beneficiosos o inocuos para la salud.
  • Destilación: la destilación es, probablemente, el método más antiguo para purificar el agua. Primero, se calienta el agua hasta el punto de ebullición. A continuación, el vapor de agua se eleva hasta un condensador, donde el agua de refrigeración reduce la temperatura para el que vapor se condense, a través de gotas que se recogen y acumulan en un recipiente.

La mayoría de las sustancias contaminantes se quedan en el recipiente de la fase líquida. Por lo general, el agua destilada tiene un sabor desagradable.

  • Filtros de luz ultravioleta (UV): los filtros de agua que emplean luz UV eliminan de forma efectiva el 99,9% de los microorganismos que producen enfermedades transmitidas por el agua. Sin embargo, no eliminan otras sustancias contaminantes comunes, por lo que es necesario combinar este método con, por ejemplo, el carbón activado.

¿Qué sistema de filtrado elijo entonces?

En realidad, depende de la fuente de abastecimiento de la que provenga el agua de tu grifo. En el caso del agua del grifo pública en Europa y América del Norte, un sistema de filtrado de agua con carbón activado de gran calidad suele ser más que suficiente.

En el caso de agua de pozos o del agua del grifo de otras zonas del mundo, es posible que se requiera una combinación de ósmosis inversa, intercambio iónico o filtros de luz UV para eliminar todas las sustancias contaminantes.

Lee nuestra guía sobre sistemas de filtrado de agua para obtener más información.

¿Cuál es el mejor filtro que puedo instalar sin necesidad de ayuda?

Hemos probado y comparado los sistemas de filtrado de agua del grifo y las jarras más comunes para determinar cuál es el mejor filtro, teniendo en cuenta 7 cualidades diferentes, en las que se incluye el coste total de propiedad. Descubre qué filtro ha obtenido la mejor puntuación.

Lee la comparación de los diferentes sistemas de filtrado de agua del grifo. Consulta también los mejores filtros de 2021.

¿Cuánto cuesta un sistema de filtrado de agua?

De media, un hogar normal que consume agua embotellada gasta unos 240 euros al año en agua embotellada. Mucha gente piensa que el gasto no es tan elevado, ya que el precio de una sola botella es muy bajo.

El coste de un sistema de filtrado de agua de buena calidad, como TAPP 2, es de tan solo 60 euros al año.

Lee más información sobre el coste de diferentes tipos de filtros.

Prueba también nuestra calculadora del coste del agua embotellada.

¿Por qué tengo que cambiar los cartuchos? ¿Y con qué frecuencia hay que hacerlo?

Los cartuchos de recambio deben cambiarse cada cierto tiempo. De lo contrario, no sirven de nada. Todos los sistemas de filtración funcionan de la misma forma: el agua pasa por un cartucho extraíble lleno de un medio de filtración, como el carbón activado.

Con el tiempo, en los cartuchos pueden proliferar bacterias o pueden quedar obstruidos, y en estos casos pierden su efectividad. Respeta los intervalos recomendados de sustitución de los recambios que indique el fabricante.

Conclusión

Prometimos al principio que incluiríamos al final un resumen de todo lo que tienes que saber sobre los sistemas de filtrado de agua. Pues aquí lo tienes:

  • La calidad del agua potable varía enormemente en función de dónde vivas, pero el agua del grifo pública es, en general, apta para su consumo en Europa y América del Norte.
  • Los sistemas de filtrado de agua mejoran considerablemente en el sabor y, además, eliminan las sustancias contaminantes del agua, por lo que reducen el riesgo de que el agua del grifo que bebamos sea perjudicial para la salud.
  • El agua embotellada NO es mejor para la salud que el agua del grifo, tanto filtrada como sin filtrar. Además, resulta extremadamente nociva para el medioambiente.
  • En el caso del agua del grifo pública en Europa y América del Norte, el mejor sistema de filtrado de agua es, por lo general, un filtro con carbón activado para grifo, como TAPP 2 o las jarras de agua. En el caso del agua de pozos o de aguas del grifo públicas que estén contaminadas, es posible que se necesiten otros filtros.
  • Debes cambiar el cartucho siguiendo las instrucciones del fabricante. De lo contrario, la calidad del agua de tu grifo podría ser incluso peor que la del agua sin filtro.

Fuentes externas:

Además de los enlaces y las fuentes que se han mencionado en el texto, aquí tienes más información sobre el agua del grifo y los orígenes del agua.

Directrices sobre la calidad del agua potable de la OMS: https://www.who.int/water_sanitation_health/water-quality/guidelines/en/

Worldwater Reserve: https://worldwaterreserve.com/water-crisis/percentage-of-drinkable-water-on-earth/

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2 comentarios en “¿Cómo funcionan los sistemas de filtrado?”

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